Érase una vez un faraón que vivía en el lejano Egipto, se llamaba Ray y era muy estricto y gruñón.
Tenía muchos criados que se lo hacían todo. Lo querían mucho a pesar de que no los trataba bien, a veces les pegaba y siempre estaba de mal humor. Su mejor criado se llamaba Lazus, era muy fuerte, flaco, guapo y muy bondadoso con sus compañeros.
El faraón Ray quería una pirámide y quería la mejor de todo Egipto para que cuando se muriese esconder en ella todos sus tesoros y pertenencias y ser la envidia de otros faraones.
Así encargó a Lazus, su mejor criado, que construyera la pirámide más bonita que jamás se hubiese visto. Y así lo hizo. Pero cuando estaba acabando se cayó la parte de arriba.
El faraón vió desde su bonito palacio el destrozo. Fue corriendo hecho una furia y dijo:
- ¿Qué ha pasado aquí? ¿Es que no sabéis hacer nada bien?.
Lazus quiso darle una explicación pero el faraón no quiso atenderle y castigó a todos sus criados sin comida ni agua pues creía que se lo merecían de verdad.
Todos obedecieron. Pero Lazus tenía una idea muy buena. Se harían pasar por enfermos al haber tomado algo en mal estado; así el faraón se daría cuenta de que los necesitaba para vivir con las comodidades y el lujo en el que vivía.
Y así fue, se dio cuenta de que no podía hacer nada sin ellos. Les dio de comer y de beber y no volvió a pegarles nunca más, sabiendo que el trabajo que hacía cada uno, por pequeño que fuera era muy importante.
Así Ray se convirtió en el mejor faraón de todo Egipto, siendo recordado por su bondad más que por su pirámide.
Tenía muchos criados que se lo hacían todo. Lo querían mucho a pesar de que no los trataba bien, a veces les pegaba y siempre estaba de mal humor. Su mejor criado se llamaba Lazus, era muy fuerte, flaco, guapo y muy bondadoso con sus compañeros.
El faraón Ray quería una pirámide y quería la mejor de todo Egipto para que cuando se muriese esconder en ella todos sus tesoros y pertenencias y ser la envidia de otros faraones.
Así encargó a Lazus, su mejor criado, que construyera la pirámide más bonita que jamás se hubiese visto. Y así lo hizo. Pero cuando estaba acabando se cayó la parte de arriba.
El faraón vió desde su bonito palacio el destrozo. Fue corriendo hecho una furia y dijo:
- ¿Qué ha pasado aquí? ¿Es que no sabéis hacer nada bien?.
Lazus quiso darle una explicación pero el faraón no quiso atenderle y castigó a todos sus criados sin comida ni agua pues creía que se lo merecían de verdad.
Todos obedecieron. Pero Lazus tenía una idea muy buena. Se harían pasar por enfermos al haber tomado algo en mal estado; así el faraón se daría cuenta de que los necesitaba para vivir con las comodidades y el lujo en el que vivía.
Y así fue, se dio cuenta de que no podía hacer nada sin ellos. Les dio de comer y de beber y no volvió a pegarles nunca más, sabiendo que el trabajo que hacía cada uno, por pequeño que fuera era muy importante.
Así Ray se convirtió en el mejor faraón de todo Egipto, siendo recordado por su bondad más que por su pirámide.
Lázaro Espinosa Portelles 5ºA
